Ayer miércoles, Júnior empató 1-1 con Atlético Paranaense en el duelo de ida de la final de la Copa Sudamericana. El cuadro visitante marcó el primer gol del partido por intermedio de Pablo Felipe, pero el conjunto barranquillero logró la igualdad tres minutos después con una anotación del delantero Yony González. El central Rafael Pérez tuvo la victoria en sus pies, pero desperdició un penalti al estrellar la pelota en el travesaño.
El partido comenzó con dos equipos precavidos y preocupados por no cometer errores. Júnior, salió a hacerse dueño de la pelota e imponer su juego y volver a Jarlan Barrera, el comandante del ataque tiburón.
Los primeros 45 de la final terminaron con un equipo barranquillero bien parado en defensa y que no dejó que el rival explotara su mayor virtud que el contragolpe.
Sin embargo, 5 minutos después de que el juez diera inicio al segundo tiempo, esa virtud defensiva de Júnior falló y en una mala entrega del balón, le dejó todo servido a Paranaense para que Pablo Felipe pusiera con una pelota cruzada, el primer gol de la noche.
Pero si hay algo que ha tenido este Júnior de Comesaña ha sido esa capacidad para responder rápido los golpes. Dos minutos después del tanto de los brasileros, en un balón aéreo que cayó en el área de Paranaense, Yony González, de media volea, aprovechó un rebote que dio la defensa y puso la paridad.
El gol contagio el espíritu de Júnior y se fue encima para buscar la victoria y así poner la serie a su favor. La oportunidad la tuvo Rafael Pérez gracias a un penalti que cobró el central sobre Germán Gutiérrez cuando faltaban 20 minutos para el final. El defensa impactó con fuerza a la pelota y terminó estrellándola contra el travesaño
Todo quedó para la vuelta en Brasil, cuando el próximo miércoles, en el Arena da Baixada de Curitiba, Júnior y Paranaense definan quién es el campeón de la Copa Sudamericana 2018.
